A menudo se pasa por alto la importancia de la relación entre la moral y la salud, aunque sea fundamental. En el caso de la libido, hay evidencia de que en el 90 por ciento de los hombres con depresión crónica, también se presenta impotencia.
I-Estados depresivos y disfunción eréctil: efecto “bola de nieve”
Según varios estudios estadísticos, sabemos que la depresión, una enfermedad real aunque no siempre se diagnostique, afecta aproximadamente a uno de cada diez hombres y a casi una de cada cinco mujeres en algún momento de su vida.. Si las estadísticas parecen indicar que el sexo femenino es más sensible a los estados depresivos que los hombres, es quizás también que estos últimos, por cierto pudor y prejuicios sobre la virilidad, hablan menos de ello.
Sin embargo, estamos asistiendo a un verdadero efecto de "bola de nieve": si el estado depresivo conduce realmente a una cierta forma de indefensión, esta misma impotencia, a menudo mal experimentada porque es una fuente de vergüenza y vergüenza, corre el riesgo de acentuar aún más la depresión al reducir la autoestima. estima. Sin embargo, cuanto más se establece la depresión, más difícil se vuelve la libido. Encerrados en un círculo de silencio, muchos hombres no pueden salir de él y prefieren reprimir el problema antes que afrontarlo. Lo cual es particularmente dañino, porque hay soluciones que pueden hacer maravillas…
II- No dudes en contactar con profesionales
Incluso si el curso a veces es difícil de aprobar, una vez que acude a un especialista, o incluso si acude a su médico, puede tener acceso a soluciones eficaces. Además, el simple hecho de dar pasos permite tener en cuenta el problema, que ya genera una energía renovada.
De hecho, al aceptar la posibilidad de una mejora, ya te colocas en un estado mental más combativo, que te ayudará más adelante. Un tratamiento adecuado es, pues, un plus que puede devolverle la confianza, prolongando así el efecto beneficioso que ya se estaba produciendo cuando decidió actuar.
En caso de que su timidez sea un obstáculo, puede ser conveniente optar por la automedicación, siempre que se informe de antemano sobre los medicamentos que va a utilizar. Prefiere sobre todo los productos ligeros, incluso las plantas, porque una parte importante del tratamiento se basa en un proceso psicológico cercano al efecto placebo. A menudo se utiliza un principio activo como fenómeno desencadenante, pero es decidiendo actuar que puede recuperar la confianza en sí mismo y, por lo tanto, iniciar un proceso que lo lleve verdaderamente a la remisión.
Así que lo primero que hay que hacer es actuar. No se deje encerrar en el círculo vicioso de la depresión que provoca impotencia, la impotencia misma que refuerza la depresión, etc. Acudiendo a un especialista, tendrá la oportunidad de beneficiarse de una experiencia real. Si es necesario, inicia un tratamiento por tu cuenta a base de productos ligeros y seguros: esto puede crear un desencadenante que favorezca la cicatrización. Sea como fuere, no aceptes ningún destino, porque hay remedios, ¡y el primero de ellos es recuperar la confianza en ti mismo!