El sexo tiene muchos beneficios para la salud, y los expertos siempre insisten en sus virtudes desestresantes. Pero el estrés también puede interponerse en el camino de una vida sexual saludable. Un día estresante en la oficina puede continuar en el dormitorio, por ejemplo, estamos tan atrapados en lo que nos estresa que no podemos deshacernos de él y, por lo tanto, es difícil tener una erección. Esto puede estresar a tu pareja, que querrá saber qué le pasa.
Una falla en el desempeño a menudo significa menos sexo en el futuro, porque el recuerdo de la falla puede pesar en una relación, haciendo que las erecciones futuras sean más difíciles. En este punto, puede ocurrir un círculo vicioso. Este tipo de situación puede generar ansiedad por el rendimiento, lo que a su vez puede causar disfunción eréctil. Muchos hombres evitan la intimidad sexual por este motivo. Esto no solo daña tu propia psique, sino también la de tu pareja. Él puede pensar que no lo encontrarás tan deseable como solías ser. No dejes que el estrés acabe con tu vida sexual. Aquí hay algunas formas de combatirlo.
A menudo, hablar de ello con tu pareja es suficiente para aliviar el problema. Aunque puede parecer una derrota, compartir tus sentimientos y lo que está pasando es en realidad una forma de fortaleza. Tu pareja será comprensiva, te apoyará y te ayudará a resolver el problema. Pero ignorarlo solo empeorará las cosas. Dile a tu pareja cómo te sientes y cómo esto está contribuyendo al problema. Para muchos, compartir es suficiente para resolver el problema.
Cuando vayas a tener sexo, ponte de humor. La iluminación, la música, el diálogo erótico, los masajes mutuos, las películas sucias y otros atuendos o actos pueden ayudar. Tómese su tiempo con los juegos previos. Por otro lado, busque formas de relajarse de manera saludable después del trabajo, antes de iniciar la actividad sexual. Los deportes, la meditación, escuchar tu música favorita o un pasatiempo pueden ayudar.
Encuentre maneras de dejar de pensar en lo peor. Cuando imaginas fallar en algo, se convierte en una profecía autocumplida. En lugar de pensar en ello, concéntrate en lo que sucede frente a ti, en tus sentimientos. Si no puede dejar de pensar en lo peor, busque un consejero o un terapeuta sexual. Consulte a un médico para asegurarse de que no haya problemas físicos que interfieran con su vida sexual.